Las tierra de Amaya fueron lugar de paso de culturas desde la antigüedad. En la Peña quedan restos de castro celta, y Amaya y su entorno conservan vestiguios o noticias históricas de la presencia romana, visigoda, árabe y cristiana medieval.
En la Edad Media, con la primera oleada repobladora de la reconquista, nacieron históricamente nuestros pueblos en sus actuales asentamientos y en ese tiempo construyeron sus iglesias y ermitas. La mayoría de sus templos se rehicieron en los siglos XVI y XVII, en estilo tardogótico y renacentista, si bien conservan algunos elementos de sus primitivas iglesias románicas o del primer gótico y en algunos casos se han realizado añadidos -sobre todos en atrios, sacristías y pórticos- en el s. XVIII, de estilo barroco.
Pilas románicas tienen las iglesias de Barrio de San Felices, Cuevas de Amaya, Guadilla de Villamar, Quintanilla de Río Fresno, Salazar de Amaya y Sotovellanos; Pinturas mudéjares la de Barrio de San Felices;retablos renacentistas la de Sotresgudo, Quintanilla de Río Fresno y Cañizar de Amaya y retablos barrocos la totalidad de las iglesias.
En todos los núcleos se conservan interesantes manifestaciones de arquitectura poppular. Destacamos las Ermitas de San Cristóbal en Sotresgudo (con ábside y portada románicas), Santa Lucía en Cañízar de Amaya, Camporredondo, en Cuevas de Amaya y Villamar, en Guadilla. Las Fuentes y/o Abrevaderos-lavaderos de Guadila, Cuevas, Peones, Puetnes, Rebolledilo, Salazar y Sotovellanos. Los Potros de herrar de Amaya, Peones y Cuevas. Las Bodegas excavadas en la tierra de Sotresgudo, Quintanila, Guadila, Barrio y Cañizar. Los Arcoas de Caízar, Salazar y Rebolledilo y algunas Casonas o Casas blasonadas de interés.
El caserío tradiciona, normalmente autoconstruído, utiliza como materiales los propios de cada zona, predominando la piedra o entramado de piedra y madera en los pueblos más al norte del municipioi y el adobe o entramado de madera y adobe en los pueblos del sur.